jueves, 8 de abril de 2010
SEVILLA, 8 Abr. (ABC DE SEVILLA)


Cartelería de la obra

Los túneles no son precisamente el punto fuerte en la ejecución de infraestructuras en Sevilla. No lo han sido nunca y el Ayuntamiento parece empeñado en eso tan sevillano de mantener las tradiciones. El ejemplo más ilustrativo es el de los dos pasos subterráneos proyectados en dos de los cruces con más densidad de tráfico de la ciudad y que han sido englobados en el Plan Proteja de la Junta de Andalucía de fomento del empleo, que subvenciona cada una de las obras municipales con 6 millones de euros.

Hace unas semanas se conoció que el proyecto de cruce soterrado en Bueno Monreal con La Palmera no sólo está paralizado sino que no contemplaba la existencia de una gran tubería que va a obligar a modificar el proyecto inicial y encarecerlo. Mientras, la zona lleva varios meses cortada al tráfico sin avances. Ahora el problema surge con el otro paso bajo tierra, el de la confluencia de la Avenida de Andalucía con la Ronda del Tamarguillo, el conocido como cruce de Los Arcos —por el centro comercial—, que debía haberse iniciado a comienzos de año y donde aún no hay atisbo alguno del inicio de las obras.

Este proyecto se incluyó con calzador en el plan autonómico al incorporarse in extremis unas mejoras en la conexión peatonal desde Ranillas hasta madre de Dios y Los Pajaritos. Así se ajustaba a los requisitos del plan. Luego hubo problemas con el desvío de canalizaciones, por lo que hubo que hacer un replanteo en diciembre para acabar por adjudicarlo a la UTE Detea-Ferrovial, que debe encargarse de la obra, que presenta un presupuesto total de 5,8 millones de euros.

Según se expuso ayer desde la Delegación de Movilidad del Ayuntamiento, en estos momentos se están realizando labores con el arbolado —poda— y con la localización de las líneas de electricidad. Y es ahí donde ha surgido el enésimo problema. Llama de por sí la atención que se localicen las líneas eléctricas a posteriori —como la tubería «aparecida» en Bueno Monreal, que estaba contemplada en el PGOU—, pero, además, parece que se ha complicado el inicio de la obra por la presencia de «al menos cuatro líneas de alta tensión y ocho de media tensión» en la zona a excavar. Cuando el proceso con el cableado concluya, sin especificarse en qué momento sucederá eso, se iniciarán los excavaciones en sí.

Así las cosas, este lentísimo proceso choca contra los plazos establecidos por el Plan Proteja y los del proyecto en sí. El plan autonómico establece como indispensable que la obra concluya antes de que finalice el año. De no ser así, el Ayuntamiento debería devolver los 5,8 millones a la Junta de Andalucía. Pues bien, el plazo de ejecución de la obra es de ocho meses, con lo que, como muy tarde, habría que haber empezado a primeros de este mes. Ni se ha hecho ni hay atisbo de que se vaya a hacer, con lo que parece evidente que, también en este caso, no se va a poder cumplir con los requisitos. Con todo, desde Movilidad se mostraba ayer la «confianza en que se va a ejecutar en los plazos previstos», siempre haciendo ver que la complejidad ha aumentado por la presencia de cables de alta tensión. En enero y febrero se habló de la lluvia como inconveniente. Ahora hay cables.

La cuestión es que las dos grandes obras que el Ayuntamiento incluyó en el Proteja, los dos pasos soterrados, están prácticamente paradas y los 12 millones de euros que suman entre las dos tendrán que devolverse si no se cumplen los plazos, como parece. Además, en ninguna de las dos obras ha habido aún presencia significativa de obreros, hecho paradójico al tratarse de un plan para el «fomento del empleo».

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